Nací en Montevideo en 1965, mis padres, ambos docentes y arquitectos, aventureros y de muchos amigos. Mi infancia tuvo mucho de viajes, campamentos, barrio Parque Rodó, mucha calle con mis hermanos, deporte y bicicleta.
La danza me ha acompañado toda la vida. Comencé a aprender danza a los 5 años y nunca paré.
Siempre me atrajo todo lo que implicara movimiento, juego y acción, hacía gimnasia olimpica, deporte y danza. Todo lo relacionado al cuerpo humano, al juego y al trabajo en equipo me atraía.
Viajé como bailarina y coreógrafa por varios países de América y Europa, presentando mi trabajo, perfeccionando mi formación; dictando talleres y participando de encuentros y festivales internacionales. La posibilidad de encontrarse bailando y gestionando proyectos con gente tan diversa, fue y es una de las cosas que más me fascina de mi profesión.
Focalicé mi trabajo en la danza y fue desde mi quehacer como bailarina, docente y creadora que pude establecer conexiones entre estos dos universos; danza y psicología.
Hay conceptos que vienen del campo de la psicología social, que los he conectado con los que manejo acerca del cuerpo y la improvisación en mis clases o talleres.
Siempre me interesó la mirada hacia lo grupal en los procesos de formación. Considero que cuando trabajamos con el cuerpo y desde el cuerpo; se producen nuevas relaciones y espacios de conexión a partir de la experiencia de lo corporal, muchas veces innombrable y fundante en cualquier tipo de aprendizaje.
Mi trabajo no lo dirijo solo para bailarines, sino a artistas fundamentalmente de artes escénicas y visuales que les interesa incluir el cuerpo en su quehacer creativo.
La improvisación escénica como composición en tiempo real, a mi entender, es una forma de conocimiento, además de una práctica de creación artística bien específica. Abre un enorme mundo potencial en el cual el artista elije intuitiva o conscientemente la forma de accionar. Toma posición con respecto a lo que hay, con lo que se tiene y con las habilidades de cada uno.
Me interesó en este proyecto desarrollar una propuesta de creación e investigación con artistas locales y de la región, para crear un marco de intercambio, una estructura de trabajo que habilite a los participantes compartir espacios de creación a través del trabajo corporal, con las herramientas que cuentan y sus particularidades.
“Bailar sin tener que inventar nada, solo volver a poner hábitos en juegos, repetir algo, pero saber escucharlo en el contexto. Actualizarlo.” (“Pensar con Mover” Un encuentro entre la filosofía y danza de Marie Bardet. Ed Cactus.)
El Seminario concluyó con una presentación abierta al público, a partir de las estructuras de improvisación que habíamos trabajado, realizando una intervención colectiva en distintos espacios de La Casa de Cultura de Treinta y Tres.
Desde el 2014 estoy realizando una investigación artística sobre metodologías de creación en equipos multidisciplinarios.
Es así que surge el proyecto "UMBRALES. Casa Vilamajó." en la casa del Arq. Julio Vilamajó, hoy Casa-Museo, perteneciente a la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad de la República. Allí realicé una residencia artística durante 10 meses, que planteó dialogar desde la experiencia corporal con una obra emblemática de la arquitectura moderna uruguaya, su materialidad y sus espacios; así como también con los paradigmas socioculturales que sostuvieron el proyecto, incluyendo el universo del propio artista-arquitecto Vilamajó. En ese marco realizamos diversas prácticas de improvisación escénica y encuentros con escritores, fotógrafos, cineastas, arquitectos, actores y dibujantes. El objetivo final es la creación de una obra con un equipo multidisciplinario de artistas basada en esta investigación, y es también establecer relaciones entre la Arquitectura y la Danza. ¿Cómo crear un dispositivo cuerpo-espacio que permita el encuentro entre estas disciplinas y que pueda ser replicado en otros proyectos arquitectónicos de interés patrimonial?
Y en eso estoy.
Fotografías: Andrea Sellanes, Carolina Besuievsky, Karin Porley.
Pueden encontrar el registro del proyecto Umbrales del cuerpo, en la casa Vilamajó aquí.
Como metodología para mi trabajo, me he basado fundamentalmente en la Improvisación Escénica, tanto como docente y como creadora.
Lo que se trabaja en la improvisación no tiene que ver solo con la libertad de posibilidades, sino que tiene que ver con la inteligencia que se construye cuando trabajamos junto a otros, con la capacidad de estar en el aquí y ahora construyendo realidad. Integrar este trabajo en danza en la vida cotidiana, es compartir conocimiento libremente, es generar posibilidades de entender lo que somos y hacemos, es descubrir realidades que se despliegan en nuestros cuerpos y amplían nuestras capacidades de imaginar y hacer.
La información que viene del cuerpo dirigida hacia el otro, y hacia lo otro, es la que circula en el espacio, que permite desplegar, multiplicar, diluir fronteras entre las disciplinas, cuestionar territorios, irrumpir, modificar el orden vincular y es material de lo que se crea.
La idea de UMBRAL o BORDE sostiene esta percepción del cuerpo cuando me refiero a mi trabajo. ¿Cómo poner el cuerpo en el umbral del encuentro? ¿Cuál es el borde que nos mueve? Estas preguntas me acompañan tanto como docente y como creadora.
Vengo trabajando hace muchos años en el interior del país, en el 2017 realicé un proyecto de Formación con el apoyo de el Instituto de Artes Escénicas del MEC (Ministerio de Educación y Cultura) y el Departamento de Cultura de Treinta y Tres. Ciudad del interior del país.
El Seminario CUERPO, ESPACIO Y CREACIÓN consistió en un dispositivo de formación e investigación artística que se desarrolló durante 5 meses en la ciudad de Treinta y Tres, junto con un equipo de docentes de Montevideo. Estaba dirigido a artistas, estudiantes avanzados y profesionales de artes escénicas y visuales de la región.
Se tabajaron herramientas de diversas técnicas en improvisación, metodologías de composición y producción escénica con diversas dinámicas grupales con el eje puesto en la relación del cuerpo con el espacio: cómo ir de la sensación al espacio y establecer conexiones con los otros y con lo que sucede.
A pesar de las distancias, las fronteras y las diversas realidades humanas, siempre la danza fue un lugar de encuentro con el otro.
Me tocó vivir la apertura democrática como estudiante y en plena actividad artística. Militaba en gremios estudiantiles y en la cultura.
Era un momento de abrir espacios, espacios de expresión, de creación, me sentí parte de todo eso y quedó en mi piel.
Elejí esta ciudad en la que nací para vivir, me gusta Montevideo, estar cerca del mar, la calidad de vida, los amigos, colegas y la familia fueron un gran sostén para mi trabajo.
Siempre me interesó el trabajo en equipo. Fui parte de varios grupos, en mi infancia integré el Ballet de Cámara de Montevideo, en 1983 co-fundé junto con 13 mujeres el grupo cooperativo BABINKA con el cual fuimos a los barrios, bailábamos en la calle, y dictábamos clase.
Mi carrera como intérprete profesional la desarrollé con el grupo Contradanza que integré en 1987 y con el cual produjimos muchas obras durante 11 años y presentamos nuestro trabajo tanto en el Uruguay como en el exterior.
Fundé y co-dirigí dos importantes espacios de formación, desde donde egresaron varios creadores e intérpretes de la escena contemporánea. Fueron espacios de formación e investigación en danza que tenían como filosofía, vincular el trabajo corporal con la producción artística y la vida cotidiana. “Contradanza” (desde 1988 a 1998) y “La Pista” (del 2001 al 2006).
Mi quehacer en la danza contemporánea se movió en varias áreas desde muy temprano en mi carrera; al mismo tiempo que me desempeñaba como creadora o interprete, realicé tareas de gestora cultural y trabajo como docente. Siempre me pareció importante la forma de conectar estas áreas que si bien pertenecen a una misma disciplina implican quehaceres, lugares y miradas bien diferentes de lo que se hace, de cómo se hace y de lo que se dice de lo que se hace.
Actualmente soy docente de danza en la Escuela Municipal de Arte Dramático de Montevideo en la catedra de danza en la formación de actores y en la Escuela Nacional de Danza. División Contemporáneo. Dos instituciones de formación de intérpretes profesionales.
Soy psicóloga, me especialicé en Psicología social, en trabajo con la técnica de grupos operativos planteada por Enrique Pichón Riviere.