Nacida en Montevideo, aunque solo para la estadística, Luisa Rodríguez no tarda en partir con su familia hacia Santa Clara del Olimar, en el departamento de Treinta y Tres. Allí con sus seis hermanos atraviesan una infancia alejada del cemento y la vorágine de la ciudad.
En la adolescencia se traslada a Montevideo a vivir con sus hermanos para finalizar la etapa liceal y años más tarde egresar del ISEF (Instituto Superior de Educación Física). Esa institución, además de formarla como docente, le brindará herramientas fundamentales relacionadas al manejo de grupos y la gestión de proyectos. Posteriormente, continúa formándose hasta completar su maestría en educación.
Montevideo y Luisa no terminaban de congeniar. Durante una elección de horas, día en que los docentes eligen los grupos con los que trabajarán durante el año, la escuela de Santa Clara del Olimar se encontraba disponible. Eso bastó para que Luisa comenzara su vida mixta, repartiendo los días de la semana entre la capital y su pueblo.
Al mismo tiempo, su formación profesional no cesa y comienza su doctorado en educación.
Sin esperarla, en el mes de julio del año 2010 se presenta la oportunidad de ocupar el puesto de directora de deportes del departamento de Treinta y Tres. Con 29 años se sumerge en un desafío distinto que le demandará, además de su preparación académica, una gran habilidad para lograr una gestión eficaz. En esa etapa Luisa no sólo supera los desafíos intrínsecos de la función, al mismo tiempo logra ganarse el espacio y el respeto en su atmósfera laboral, vaivenes de una sociedad machista que aún no ha incorporado por completo el concepto de igualdad de género.
Vale la pena enumerar algunos de sus logros más importantes como la ‘Colonia de Vacaciones’ que nuclea unos 700 niños cada verano, las ya tradicionales ‘Carreras de calle’ que se llevan a cabo en la en todas las localidades y las 12 escuelas deportivas municipales que hoy funcionan en el departamento. Además, la realización de un evento anual que reconoce la labor de los deportistas más destacados del año y la organización de campeonatos deportivos en distintas modalidades, con hincapié en el fútbol femenino, que es un pilar fundamental para apoyar los deportes practicados por mujeres. Esta sumatoria de acciones permitió alcanzar el objetivo de mayor importancia: la promoción de la práctica deportiva en todo el departamento.
En el año 2015 el gobierno departamental de Treinta y Tres comienza a comprender que la cultura es el eje fundamental para revitalizar su departamento; y en base a su exitoso desempeño en el cargo anterior se le propone a Luisa hacerse cargo de la agenda cultural. En agosto de ese mismo año asume el puesto de directora de cultura. Allí se propone distintos desafíos tales como aprovechar al máximo la rica infraestructura del lugar, generar un circuito nutrido y sostenido de actividades culturales, despertar en su equipo la pasión por hacer un trabajo de calidad y convertir a Treinta y Tres en un referente para así contagiar con este empuje cultural a otros departamentos del interior.
Es imposible citar la totalidad del trabajo realizado hasta la actualidad pero sí podemos destacar los sucesos más relevantes como la primer feria de artes escénicas realizada en Treinta y Tres, un evento de dimensión nacional que marcó un antes y un después en el calendario olimareño de cultura. Por otra parte se presentaron músicos nacionales e internacionales, lo cual ha colaborado muchísimo en posicionar al departamento y al país en las agendas de diversos músicos de renombre; hubo propuestas culturales para jóvenes y adultos mayores, ciclos de tango, obras de teatro nacionales y extranjeras, feria del libro, e incluso se invirtió en la mejora de la infraestructura construyendo un nuevo centro cultural. Asimismo, la formación en el área de cultura ha sido reforzada mediante capacitaciones técnicas y cursos diversos en todo el departamento. Por último, pero no menos importante, Treinta y Tres hoy cuenta con 400 estudiantes en su Escuela de Bellas Artes formándose en distintas disciplinas como la danza, la pintura y la música, entre otras.
En conclusión, la ejecución de todos estos proyectos, no solo llevaron a Luisa a cumplir los objetivos planteados inicialmente para su gestión sino que desataron en el departamento una inercia cultural que luce además de intensa, imparable.
Luisa hoy continúa como directora de cultura de Treinta y Tres, y su proyecto funciona de gran manera. Probablemente en el futuro, y con la certeza de que la política es un espacio de lucha útil para lograr objetivos que beneficien a la sociedad en general, veamos a Luisa asumiendo nuevos desafíos en este terreno.
Texto editado por Rodrigo González.